Hacia la cima del autocontrol

La persona más poderosa es aquella que es dueña de sí misma. Aristóteles

  • La persona más poderosa es aquella que es dueña de sí misma

    ¿Sientes que en ocasiones tienes reacciones poco efectivas que traen a tu vida situaciones incómodas o conflictos? A todos nos ha pasado en algún momento con cierta frecuencia, ocurre sin poderlo evitar y aunque sabemos que ese comportamiento no nos beneficia volvemos a fallar una y otra vez.

¿Sientes que en ocasiones tienes reacciones poco efectivas que traen a tu vida situaciones incómodas o conflictos? A todos nos ha pasado en algún momento con cierta frecuencia, ocurre sin poderlo evitar y aunque sabemos que ese comportamiento no nos beneficia volvemos a fallar una y otra vez. A eso se le llama falta de autocontrol.

Es habitual hoy en día que una gran mayoría vivamos con una presión constante, ya sea en el entorno laboral, en el personal o incluso en ambos. Esto nos produce estrés y nos lleva a reaccionar muchas veces de manera inadecuada. Es fundamental trabajar nuestras respuestas emocionales si queremos vivir una vida más equilibrada y satisfactoria.

No todos reaccionamos de igual manera ante un mismo estimulo. Algunos lo hacen desde la tranquilidad y la eficacia, otros desde la impulsividad y la pérdida de control.

Cuando estas respuestas incontroladas se convierten en un hábito de conducta pueden llegar a derivar en ira, insultos, provocan estrés… y como consecuencia crean relaciones personales poco ecológicas.

Estas reacciones insanas se pueden gestionar, lo más importante es ser consciente de nuestra actitud, responsabilizarnos de ella y, a continuación, trabajarla trazando pequeños objetivos realistas.

Una vez tomes conciencia de tu conducta actual y de a donde quieres llegar comenzaremos el proceso, siempre con el estado de tranquilidad al que te lleva la plena presencia. Usarás el talento que ya tienes para trabajar y determinar que acciones te llevarán al resultado esperado desde la certeza de que tienes el poder para conseguirlo. Practicarás cada día y cuando creas que lo has logrado te gratificarás por ello, porque tú… lo vales.