Moderando la autoexigencia

La perfección mata, la sabiduría comete un error cada día

  • La perfección mata, la sabiduría comete un error cada día

    Legarás al camino de la excelencia donde encontrarás el disfrute con lo que haces, la alegría por lo que eres y un estado de bienestar que te acompañarán durante el trayecto hasta llegar a alcanzar tus metas.

La autoexigencia está relacionada directamente con el perfeccionismo. Querer hacer las cosas bien y esforzarnos para ello es la manera de evolucionar pero, a veces, perdemos el norte y queremos llegar  a un alto nivel de perfección sin tener en cuenta los recursos con los que contamos y olvidándonos de aprender de los errores como parte de la propia evolución, sin fustigarnos ni castigarnos por ellos.

Una persona autoexigente no se permite cometer errores, desea ser siempre excelente en todo lo que hace: trabajo, estudios, en su vida personal…cree que si  no es así habrá fracasado y siente miedo al rechazo.

Todo parte de creencias irracionales como “el individuo y su entorno deben ser perfectos” o “soy lo que hago”, y nos pasamos la vida haciendo para obtener el reconocimiento de los demás.

La  persona perfeccionista convierte cada error en una flecha que es disparada hacia al centro de la identidad cargada de autoreproches: “yo soy…” y todo lo que se quiera añadir que castigue al ser.

Dentro del entorno profesional y académico afecta directamente a la gestión del tiempo y por tanto a la productividad del individuo y sus resultados.

Un alto nivel de exigencia puede llevar a un estado permanente de estrés, tensión, frustración y ansiedad.

Para evitarlo hay que darse cuenta de que existe una gran diferencia entre ser y hacer y que cada error cometido es una oportunidad para mejorar y aprender a hacer las cosas de manera diferente para obtener el resultado esperado.

Requiere de una buena dosis de autoconocimiento, saber cuáles son tus fortalezas, eliminar aquellas creencias que te estén  impidiendo obtener tus logros, conocer los recursos con los que cuentas, practicar la confianza y el arte de delegar.

Con todo ello llegarás al camino de la excelencia donde encontrarás el disfrute con lo que haces, la alegría por lo que eres y un estado de  bienestar que te acompañarán durante el trayecto hasta llegar a alcanzar tus metas.