¡Pssshhhhhh!

Era su primera salida nocturna en solitario. Se despidió de su familia con gesto alegre, nunca jamás la volvería a ver. La muerte la acechaba a escasos metros de su casa.

Nació en una vivienda situada a menos de un kilómetro de la playa. Era la mayor de catorce hermanos, aunque en el momento de su muerte tan sólo vivían ocho. Todos los demás habían desaparecido de un plumazo en primavera, el día en que la comarca sufrió las peores inundaciones de la historia. No habían vuelto a tener noticias de los pequeñines hasta la fecha.

De familia humilde, la desgracia ocurrida disminuyó los ya de por sí pocos recursos con los que contaba el clan. Fue entonces cuando, cuatro meses después de la catástrofe y tras muchos  días sin comer, decidió que, cuando la noche se tiñera de negro intenso, saldría a buscar alimento.

Era mediados de agosto, el calor y la alta concentración de humedad la obligaron a buscar otros lugares más frescos para mitigar el sofoco. Adelantó la hora de salida.

A pesar de ser la primera vez que se enfrentaba sola a la experiencia, no le asustaba, es más, lo vivía como una gran aventura y le provocaba cierta excitación. Esa misma euforia la llevó a atravesar a toda velocidad el largo pasadizo que la separaba de la salida.

Se encontró con una enorme puerta de hierro demasiado pesada para su liviano cuerpo. Ante la imposibilidad de poder abrirla, la salvó a través de un resquicio que encontró en el lateral.

Salió tan precipitadamente que casi es atropellada por el camión de la basura. Fue tal el susto que de un gran salto se coló en los jardines de la urbanización adyacente. Desconcertada, todo era nuevo para ella; recorrió el garaje colectivo con techo de uralita hasta llegar a la entrada principal y, aprovechando que un tipo abría la puerta, entró con él hasta el ascensor y juntos subieron hasta el tercer piso.

El individuo salió primero y ella detrás a toda prisa. Se encontró con un espacioso pasillo con puertas a ambos lados. Confusa e indecisa no sabía hacia dónde dirigirse y, apresuradamente, adelantó al señor por la derecha.

A punto estaba de sobrepasarlo cuando una puerta se abrió y apareció una mujer de aspecto sereno y sonriente. Ambas se miraron fijamente, la mujer retrocedió y cerró la puerta de golpe para volverla a abrir al instante. En esta ocasión su semblante transmitía inquietud. En su mano derecha un bote de color verde.

Le quitó la tapa apuntó y… ¡Pssshhhhhh! Un líquido pringoso y maloliente empapó el cuerpo de la pequeña aventurera; intentó huir, parecía que lo iba a conseguir, pero sus pasos eran lentos y torpes. ¡Pssshhhhhh! Esta vez sintió frío, hizo lo imposible por llegar hasta el pilar junto a la escalera y así protegerse, pero no tenía fuerzas y su cuerpo se volteó quedando patas arriba.

Supo que estaba todo perdido, había visto morir a otras de la misma manera, se abandonó a su trágico destino, no sin antes hacer un repaso a su corta pero intensa vida: la infancia con sus padres y hermanos, los correteos por las alcantarillas del barrio, la primera vez que trepó por una pared hacia al exterior y vió la luz…

Intrépida y decidida hasta el último momento, ya no puede caminar. El ansia de aventura la llevó a toparse con el ser humano aún sabiendo que, si este la veía, intentaría deshacerse de ella por todos los medios. A ella la atacaron con un spray, a otras las pisoteaban, en ocasiones las eliminaban atrayendolas hacia una caja negra donde depositaban un suculento alimento venenoso … Le quedó el consuelo: “Prefiero morir mojada que envenenada o aplastada”.

¡Pssshhhhhh!

“La escritura es una útil herramienta para afrontar y/o minimizar miedos. Siempre es mejor hablar y sacar hacia afuera aquello que nos perturba pero, si en un momento dado no fuera posible, escribir se convierte en una muy buena opción para liberar nuestros temores de una forma natural, darles rienda suelta y continuar avanzando”

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *